Camila Moreno recuerda la noche que brilló en Premios Pulsar: “Me dio energía para seguir por el camino que venía explorando”

Camila Moreno recuerda la noche que brilló en Premios Pulsar: “Me dio energía para seguir por el camino que venía explorando”

by Premios Pulsar, marzo 31, 2020

Mayo de 2016, un repleto Teatro Teletón observaba cómo los músicos Paz Court y Fernando Milagros subían al escenario para uno de los momentos más esperados de la 2° versión de los Premios Pulsar de la Música Chilena: La distinción al Mejor Artista Pop.

Entre los nominados se encontraba un consagrado Gepe con Estilo Libre, (Me llamo) Sebastián con su aplaudido disco La Belleza, el dúo Dënver con el que sería su último álbum de estudio Sangre Cita, la banda penquista revelación Niño Cohete con La Era del Sur, y Camila Moreno con uno de sus discos más personales y reflexivos, Mala Madre.

Tras la apertura del sobre, los presentadores leyeron fuerte y claro el nombre de Camila Moreno, quien entre aplausos se levantó del asiento para recibir su galardón, agradecer a los productores con los que trabajó y enviar un mensaje de apoyo a los habitantes de Chiloé, por las manifestaciones sociales que ocurrían allí se desarrollaban en aquel entonces.

Pero esa no sería la única vez de Camila sobre el escenario, ya que en la entrega de las dos siguientes categorías, las más importantes del certamen, la compositora regresó para alzar la estatuilla: Canción del Año por “Tu mamá te mató” y Álbum del año por Mala Madre.

En ese tercer discurso frente la audiencia fue donde dejaría claro el significado que tuvo el disco para ella: “Mala Madre requirió todo de mí, fue una verdadera odisea. Con toda la gente involucrada intentamos hacer todo un imaginario, un concepto que tenía que ver con la mujer finalmente, con la mujer en la sociedad, y no solo como género sino también con la femineidad, o con lo femenino como energía presente en el mundo… Este también es un premio para las ‘malas madre’ de Chile, como la Violeta Parra, Gabriela Mistral, Stella Díaz Varín, Cecilia Vicuña y tantas otras, que por sus obras han sido marginadas y miradas solamente desde un lugar. La mala madre para mí es una mujer que logra liberarse de los protocolos, del deber ser, logra finalmente vivir su propia salvajería”.

Así es como Camila Moreno construyó una placa donde se entregó por completo, desde la producción, donde lideró el proceso creativo, hasta la interpretación, donde tocó prácticamente todos los instrumentos presentes en la obra. Un disco donde ella misma afirma haber cambiado su forma de componer y en el que obtuvo resultados explícitos, directos y consecuentes con la etapa profesional y personal en la que se encontraba.

Hoy, a casi 4 años de esa noche de premiación, conversamos con la compositora para preguntarle acerca de sus recuerdos y experiencia en Premios Pulsar, de la importancia de este certamen en la industria, la construcción y repercusión de Mala Madre, y por supuesto, de sus proyectos actuales y desafíos futuros.

 

En los Premios Pulsar 2016 fuiste sin lugar a duda la gran ganadora, llevándote los reconocimientos en las categorías Mejor Artista Pop, Canción del Año y Álbum del Año. A casi 4 años de ese momento, ¿qué significó para ti haber obtenido esos premios?

Fue algo que no esperaba la verdad. Fue muy gratificante y maravilloso poder recibir ese cariño y apreciación sobre el trabajo que veníamos realizando, sobre todo con ese disco que fue crucial y súper profundo en términos de investigación sonora y conceptual. Fue algo que me dio energía para seguir por el camino que venía explorando.

 

Cuál crees tú que es la importancia de esta premiación en el fortalecimiento de la industria local. ¿Piensas que es necesario que existan más instancias como éstas, donde se intenta poner en valor la creación musical chilena?

Claro, hay poquísimas y en general muy pequeñas. Eso responde al hecho de que somos una industria chiquita que está creciendo. Es importante saber quiénes somos y valorar el trabajo de tus pares.


Sobre Mala Madre, desde tu perspectiva actual, ¿cuál fue la relevancia de esa producción en términos de lo que vino para ti en el futuro y en los proyectos en los que has trabajado este último tiempo?

Este trabajo determinó la importancia que tiene para mí que el proceso y el resultado estén unidos y completen un concepto total.  Me gusta que las cosas conversen secretamente y que las personas lo puedan percibir desde un lugar sensorial más que intelectual. Fue catártico a nivel personal. Importante a nivel arquetípico. A nivel técnico también me desprendí de muchas cosas y jugué mucho, creo que eso se nota en el disco.

¿Crees que ese disco define un punto de inflexión o marca el inicio de una etapa donde se consolida la propuesta estética en la que musicalmente te sientes más cómoda?

Si, siento que consolida un trabajo sonoro que venía desarrollando desde el disco Panal.

Hace algunos meses, con el lanzamiento de Pangea Vol.2, completaste un gran proyecto multi artístico, ligado a disciplinas del arte, las letras y el lenguaje audiovisual. ¿Piensas seguir aprovechando estas herramientas en tu creación?

Sí claro, es algo que siempre me ha fascinado, creo que es la única forma en que puedo estar satisfecha con el trabajo. Es más bien algo que viene conmigo. Antes de hacer música, yo escribía y bailaba, y crecí con el cine, así que son lenguajes que existen ahí, solitos.


¿Cuáles crees que son los desafíos que tiene la música chilena para que ese auge que se inició con Millones y otros discos coetáneos, no se estanque o decaiga?

Pienso que los artistas de mi generación son muy potentes y muy únicos. Pienso que ya trazaron una carrera fructífera y cada uno ha tomado un camino propio con harta identidad y desenfado.
Son más bien los espacios que se han ido cerrando los que han hecho que las cosas se pongan más angostas. El cierre de radios y revistas por ejemplo, me parece una gran pérdida para la buena salud de la cultura y las artes en Chile. Es evidente que no es prioridad y así es como los humanos vamos deteriorándonos. Una vez más queda en manos de artistas el ingenio de abrir nuevos espacios y crear nuevas maneras de contactarse con la gente.

Sobre los acontecimientos vividos durante el último tiempo en Chile, ¿qué rol social piensas deberían tener los músicos y creadores en la construcción de ese país que anhelamos?

Pienso que no me gustan los “deber ser”. Pienso que lo mejor es que cada quien haga lo que realmente quiere y sabe hacer. La música ha demostrado ser fundamental en el estallido social.
Con eso nos hemos acordado de que sí teníamos relato, que sí teníamos identidad. Eso nos ha devuelto la autoestima como pueblo. Los Prisioneros, Violeta Parra, Víctor Jara, son parte de nuestra narración, Lastesis y la música y expresión que se van creando son un tesoro, una maravilla. Pienso que el rol de la música siempre ha sido emocional. Por eso es importante que exista diversidad. Está muy bien que haya gente cantando sobre distintas cosas, lo necesitamos.

Para finalizar, cuéntanos un poco sobre lo que viene para ti en 2020. ¿Cuáles son tus planes y cómo trabajas en este contexto actual?

Hemos sacado dos canciones nuevas hasta la fecha, “Quememos el Reino” y “Es Real”.
Vendrán más.

 

Camila Moreno recuerda la noche que brilló en Premios Pulsar: “Me dio energía para seguir por el camino que venía explorando”

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